Durante la década de
los 60, nació la minifalda y el término “revolución sexual” era ya una completa
realidad, siendo la diosa del sexo americano Marilyn Monroe el culmen de la nueva
imagen de la mujer que se había ido formando en esos años en los Estados Unidos,
sorteando todos los prejuicios que la sociedad pudiese tener. El nuevo papel
que fue adoptando la mujer jugó un tema importante en muchas obras de artistas
del Pop Art, que no tuvieron miedo de explotar la nueva sensualidad y erotismo
que rodeaba a la figura de la mujer.
Uno de los pioneros y
más destacados artistas en desarrollar la imagen del erotismo en la nueva
corriente artística fue Tom Wesselmann (1931-2004), que no tuvo ningún pudor en mostrar
impactantes desnudos femeninos en forma de collage,
y que en ocasiones chocaría con las crecientes oleadas de feminismo.
Wesselmann se centraba
en aspectos aislados y específicos del cuerpo de la mujer, como su boca, sus
piernas, sus muslos, etc. La carne de sus figuras era siempre de un color
rosáceo y los labios de un rojo intenso.
Mouth Nº 10, Wesselmann (1967)
Great American Nude Nº 92, Wesselmann (1967)
Bathtub Collage Nº3, Wesselmann (1963)
Habrá algunos que
juzgarán las obras de Wesselmann como una imagen concebida de la mujer, como
una imagen de la mujer como símbolo sexual, pero es innegable que abrió todo en
camino en la representación de las mujeres no sólo en el Pop Art, sino en las
corrientes posteriores, y su contribución no fue más que un valiente movimiento
en lo que inequívoca e inevitablemente era, como ya hemos dicho, toda una
revolución sexual.
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